Recuerdo perfectamente lo que sentía hace exactamente un año. Era mi primera media maratón, y todo eran nervios y dudas: ¿conseguiré acabar? ¿me aguantarán las piernas? ¿lo pasaré muy mal?
Los entrenamientos previos no habían ido del todo bien, y en el último largo antes de la carrera lo pasé bastante mal. Pero ahí estaba... dispuesto a correr 21km junto a mi grandísimo amigo Toni Cifre y además con un orgullo increíble: el de vestir por primera vez la camiseta del REDOLAT TEAM.
Unos minutos antes de la salida, el Comandante Brevers nos daba las últimas instrucciones y los últimos ánimos, ¡éramos una piña!
Empecé a correr, y poco a poco los nervios y las dudas fueron desapareciendo, fui de menos a más y disfruté de la carrera de una forma inesperada. ¡Todo había salido perfecto!
Hoy, un año después, y tras haber corrido unas cuantas medias maratones, e incluso haber acabado un Ironman 70.3, inexplicablemente tengo casi los mismos nervios.
He preparado el uniforme de batalla, junto con el dorsal y las zapatillas de forma cuidadosa, y con la misma ilusión que hace 12 meses.
Se que esta carrera es una etapa más del entrenamiento para la maratón de Noviembre, y en general para el Ironman de Lanzarote del año que viene, pero no puedo evitar que me suba un cosquilleo por el estómago antes de recorrer estos 21.097m.
Mañana espero que salgan las cosas igual de bien que el año pasado. Si puedo rebajar mi mejor marca personal, perfecto. Si no, no pasa nada. Pero pase lo que pase, de lo que no tengo duda es que contaré con el apoyo de un grupo deportivo y humano excepcional.
Quiero aprovechar este post para darle las gracias a Fernando Marzal por hacerme partícipe de esta gran familia que es el REDOLAT TEAM, y a todos y cada uno de mis compañeros y compañeras por hacer tan grande este nombre!
Nos vemos en la línea de salida, y recordad:
¡NO RUNNING, NO LIFE!
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