lunes, 18 de noviembre de 2013

Maratón Divina Pastora Valencia 2013 - La distancia mítica

2 comentarios:
 

Es difícil describir o explicar con palabras lo que se siente a lo largo de esos 42.195 metros
Una distancia cuyo nombre impone e inspira respeto con solo nombrarlo: MARATÓN.

Toda la gente que me rodea sabe perfectamente la ilusión que me hacía acabar esta carrera. 
Y no solo acabarla, sino también disfrutarla y no pasarlo excesivamente mal, ¡teniendo en cuenta que será la distancia que tenga que recorrer en la última parte del Ironman de Lanzarote!

He estado entrenado duro durante estos meses, pero las últimas dos semanas había estado prácticamente parado por una contractura en la pierna izquierda, y posteriores dolores en la cadera... 
Sólo había podido hacer un largo de 30km, en el que acabé bastante cansado, por lo que no sabía en absoluto como se iban a portar mis piernas. Pero una cosa tenía clara, y la gente que me conoce lo sabe: cuando las piernas dijesen basta, mi cabeza haría el resto y me llevaría hasta la línea de meta.

La verdad es que empezaba la semana un poco desanimado por todo lo que he comentado, no estaba nervioso en absoluto, ya que veía que iba a sufrir mucho y solo pensaba en que llegase el día y ver qué pasaba... Pero a medida que iba avanzando la semana, los comentarios con el resto de compañeros del equipo, las frases e imágenes motivadoras de Mr. Fernando González Brevers en Facebook,... hacían que los nervios empezasen a aflorar.

El miércoles tuvimos un último rodaje de 10km, y me sentí muy bien, sin dolores ni molestias, lo que me dio el último subidón que me faltaba para afrontar el esperado reto.

El sábado a mediodía, fuimos a por el dorsal y ya no me quedaban más uñas en los dedos para morderme. Toni (mi acompañante durante esos laaaaaargos 42km) y yo recogíamos nuestro dorsal de la maratón, mientras mi novia recogía el suyo para la 10K Divina Pastora (carrera que se realiza paralelamente a la maratón).


Más ánimos y comentarios con la gente del equipo, y con el artífice de este pedazo de club que es el Redolat TEAM, el gran Jose Antonio Redolat Contreras.


El sábado por la noche más comentarios por las redes sociales, un par de vídeos de motivación, y antes de dormir me tragué casi la mitad de la película-documental "Spirit of the Marathon" (que ya me he visto como 3 o 4 veces...).

El domingo empezaba pronto, sobre las 6 AM: desayuno, últimos preparativos de material, y camino hacía el punto de quedada del TEAM, donde habíamos quedado sobre las 8:00-8:15. Después de dejar algunas cosas en guardarropía, discurso emocionante y motivador del míster, piña general, y nos metemos todos en nuestros correspondientes cajones de salida.


Y a las 9 AM... ¡pistoletazo de salida! Los nervios se esfuman, empezamos a andar hacia la línea de salida, que alcanzamos 6 minutos después, y nos ponemos a correr a ritmo tranquilo. 
Al principio todo son risas y gritos de ánimo, pero luego recuerdo las sabias palabras del míster. Sé que quedan muchos kilómetros por delante, y hay que guardar fuerzas.


Van pasando los kilómetros, y no paro de alucinar con el ambiente, y con la gente de Valencia volcada totalmente con la maratón, ¡esto es increíble! En unos sitios más, en otros menos, pero pasaras por donde pasaras, siempre había alguien aplaudiendo y dándote ánimos para seguir.

Llegamos a la media maratón y pasamos en un tiempo muy por encima de lo que estamos acostumbrados, pero sabemos que todavía queda la mitad, y hay que guardar fuerzas. 

Poco después llegamos al km 24, dónde están nuestras novias y nuestros amigos dándonos ánimos. 
Ahí empiezan a caer las primeras lagrimitas y empezamos a venirnos arriba. Pero enseguida, nos damos cuenta y bajamos un poco el ritmo...


Lo mismo pasa cuando, poco antes de entrar a la Calle de La Paz, se unen a nosotros unos tales Fernando Marzal y Juanjo Villar para acompañarnos durante unos metros. Se me ponen los pelos de punta, y cuando me doy cuenta estamos corriendo bastante más rápido del ritmo objetivo. Menos mal que os volvisteis para seguir dando ánimos al resto del equipo, ¡si no hubiéramos muerto antes de llegar a  la meta! jajaja

Los kilómetros siguen pasando, y entramos ya en zona de peligro. Esa zona en la que empiezas a ver a gente andando, estirando o simplemente tirada en las aceras con rampas en las piernas,... 
En esos kilómetros lo más importante es la cabeza, saber abstraerte, seguir corriendo a tu ritmo, pensar solo en positivo (¡el muro y el hombre del mazo no existen!), seguir hidratándote,...

El peor golpe psicológico me lo llevo sobre el km 34, cuando giro la cabeza y veo que uno de mis compañeros para el Ironman de Lanzarote, Jonay Cabrera Bustos, ha tenido que abandonar por una lesión en la rodilla. Durante unos segundos me puede la rabia, pero vuelvo a concentrarme, y decido seguir adelante más que nunca y acabar la carrera por él. ¡Recupérate pronto bro!


Llegamos a la Avenida del Cid y a Toni empiezan a venirle rampas y calambres, pero intento distraerle y seguimos adelante con paso firme, ¡ya quedan pocos kilómetros! Entonces aparece Salva con la bici, en el mejor momento, y nos ofrece algo de comida y de bebida. ¡MIL GRACIAS CRACK!


Un poco después nos cruzamos con mis padres, que han conseguido llegar hasta ese punto para poder vernos al menos durante unos segundos. Las piernas ya duelen considerablemente, pero ves la meta tan cerca que sigues peleando contra el dolor como puedes gracias a los ánimos de la gente.

Pasamos de nuevo por la Calle Xátiva, enfilamos la Calle Colón y sin darnos cuenta nos plantamos en el km 41, donde nos encontramos con gran parte del TEAM gritando y animándonos, y un gran Joxe Fernández, que con sus palabras de speaker nos da el último empujón que nos hacía falta.

Bajamos al cauce del río Túria por la rampa de acceso, vemos la marabunta de gente que espera a los corredores en esa zona, y las emociones se disparan. Empiezan las lágrimas y los abrazos, aunque todavía queda un kilómetro hasta la meta, que parece que no llega nunca.

Pero por fin llegamos al kilómetro 42, entramos en la pasarela habilitada sobre el agua de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y vemos de nuevo a nuestras novias en la grada. Ya sólo queda disfrutar de esos últimos 195 metros, de los aplausos, los gritos de ánimo,...


Cruzamos la meta con un tiempo real de 3h 47' 24" y nos fundimos en un abrazo que seguro que tardaremos mucho tiempo en olvidar.

¡YA SOMOS MARATONIANOS!


PD: Mil gracias de nuevo a todos los que estuvisteis animando en cada punto del recorrido, y enhorabuena a todos los que lograsteis acabar esta dura prueba física y mental. 
Y a los que no pudisteis acabarla, o no lograsteis vuestros objetivos, ¡ánimo y a seguir luchando para volver a intentarlo pronto!

PD2: No voy a decir nada sobre la organización, ya que los problemas con las tallas de las camisetas, y la insulsa bolsa del corredor son de sobra conocidos por todos, y no merecen empañar la sensación de cruzar una meta tan deseada.

2 comentarios:

  1. Muy buena amigo, no habia leido tu articulo todavia. Eres muy grande, un gran paso hacia Lanzarote!!!

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    1. Gracias crack!! Poco a poco nos vamos acercando al objetivo... :)

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